martes, 2 de octubre de 2018

AGRAVIOS CATALUÑA - EXTREMADURA

AGRAVIOS CATALUÑA –EXTREMADURA
 

 
Recopilación de artículos publicados en Internet. (J.R. Alonso de la Torre, EL PAIS, Libertad Digital S.A., etc.).
Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero.
La Restauración Borbónica otorgó a Cataluña un trato de favor, a través de ciertos monopolios como el del Tabaco de Filipinas o el Textil.

En 1850 Extremadura aportaba el 5,2% del PIB de España. Ahora solo lo hace en 1,8%. El declive empezó con la industrialización cuando se empezó a privilegiar a Catalanes y Vascos.
Extremadura desde finales del Siglo XIX. Hay que tener en cuenta que la tierra de conquistadores (aquí nacieron Hernán Cortés, Núñez de Balboa, Pizarro...) aportaba en 1850 el 4,7% de la población de España y el 5,2% del PIB. Es decir, que en aquella economía de base agraria (aún no se había iniciado la revolución industrial) Extremadura era una de la regiones que más aportaba a la riqueza del país, por encima de su representación demográfica. Cuando por ejemplo, Cataluña con el 7% de habitantes contribuía con el 7% del PIB.
En la segunda mitad del siglo XIX, el Estado empieza a apoyar a Cataluña en el proceso de industrialización, otorgándola el monopolio de la industria textil, a través de un arancel proteccionista que hace del resto de España su mercado cautivo, triplicando el precio respecto al textil inglés. Con esa ventaja comparativa otorgada por el Estado a los catalanes y también a los vascos (declarando de interés nacional la siderurgia), el resto del país quedó en desventaja.
Entre 1955 y 1975, 850.000 extremeños tuvieron que emigrar a otras regiones españolas. A las privilegiadas. Hasta llegar a la situación actual, en la que Extremadura representa sólo el 2,3% de la población española y el 1,8% del PIB.
Extremadura no se vio beneficiada por el desarrollismo franquista. La industria (metalurgia, astilleros,
fábricas de coches...) se concentró en Bilbao, Madrid, Cataluña, Valencia, Vigo, Zaragoza, Valladolid, etc... «Extremadura no recibió ningún apoyo a la industrialización que permitiese la transformación de los productos del Plan Badajoz, la única inversión estatal significativa, pero insuficiente, en toda su historia».


Las leyes promocionaban solo la industria catalana o la obligación de las cajas de ahorro de prestar a bajo interés a esa industria catalana (y vasca), pero no al resto y la consiguiente emigración.

Se implantaban en España, de manera sucesiva, el Pacto del Triángulo, la Ley de Cuotas y el Coeficiente de las Cajas de Ahorro, que, resumiendo mucho, venían a significar que si en el resto de España querían comprar hierro o tejidos, tenían que comprarlos en el País Vasco o en Cataluña, aunque fueran dos veces más baratos en Inglaterra; también significaba que no se podían instalar en el resto de España industrias que hicieran competencia a las instaladas en el País Vasco y Cataluña
Finalmente, obligaba a las Cajas de Ahorro de Cáceres, Plasencia, Badajoz o cualquier otro lugar, a prestar dinero a los empresarios de Cataluña y el País Vasco al 3% de interés, mientras que si cualquier español hubiera pedido un crédito, habría pagado intereses al 22%.
 
  Una experiencia personal mía: Proyecté, para un cliente, una Línea de laminado de perfiles de acero en Extremadura y nos la rechazó la Administración porque estas industrias solo se podían instalar en Vizcaya.

En 1966, muchos extremeños tuvieron que emigrar a Cataluña y, desde 1950, Ceclavín, por ejemplo, ha perdido el 65% de su población. Aquellas leyes que se aplicaron en España sin que casi nadie se enterara (Triángulo, Cuotas, Cajas) más los planes de desarrollo de los años 50, dieron resultados demoledores.
En 1850, de cada 100 españoles, cinco eran extremeños y siete catalanes. En 2018, solo dos son extremeños, pero 16 son catalanes. En 1850, de cada cien euros de producto interior bruto español, cinco eran extremeños y siete catalanes. En 2018, de cada cien euros, uno y medio es extremeño, 19 son catalanes.

En 1959, año en el que el Ministro Ullastres sacó adelante su Plan de Estabilización, para liberalizar la economía española, Extremadura rozaba el millón y medio de habitantes, mientras que Cataluña llegaba a tres millones ochocientos mil. Cincuenta años después Cataluña doblaba su población y Extremadura, por el contrario, se estancaba  en poco más del millón, un conjunto envejecido y en regresión.
 
Los Planes de Desarrollo vaciaron el mundo agrario español para transferir su  población activa a los núcleos industriales.
Desde 1960, en década y media, Extremadura perdió más medio millón de habitantes. Más de un tercio de ese injusto desalojo terminó en Cataluña como mano de obra barata.
Los gobiernos tecnócratas del Opus, orquestados por López Rodó, a la sombra de Carrero Blanco, aseguraron abundante mano de obra extremeña para la locomotora industrial española, el papel que el régimen otorgó a Cataluña. Con un modelo ultraliberal, subvencionado y protegido por el propio Estado, creció el tejido productivo de Cataluña, con todo el mercado español a su disposición: fábricas de diverso tipo, de automoción y subsidiarias, de servicios, así como la construcción de los barrios de ensanche, para las oleadas poblacionales llegadas del Sur.

            Me ocurrió a mí, personalmente. Años 70 del siglo XX. Las carreteras en Extremadura estaban imposibles: baches enormes, asfalto arrasado, por no decir de los trazados tercermundistas. La carretera de Plasencia a Cáceres tenía, además, el asfalto levantado en cerca de 20 km por unas obras sin terminar y, así estuvo durante un año. Nos vendían, en una ferretería, parabrisas plegables de plástico transparente para colocarlo sobre el del coche para que las piedras que saltaban de las ruedas de otros vehículos no nos lo rompieran. Después de habernos roto el primero, claro.
      Le pregunté a un técnico de Obras Públicas que por qué no la arreglaban y me contestó: Hemos mandado un presupuesto de dos millones y medio de pesetas y nos han mandado quince mil pesetas diciéndonos: Apañaros como podáis.
     La explicación que les daban bajo cuerda: Es que se está invirtiendo en autopistas en Cataluña.
 
            Cuando en toda España se utilizaba maquinaria moderna, aquí seguían con la escobilla y el caldero con alquitrán.


D.O. Cava. Veto al aumento de producción.
El Consejo Regulador del Cava estuvo trabajando con el Ministerio de Agricultura para restringir las plantaciones de viñedo para cava en toda España. La postura del departamento de gobierno que dirigía Isabel García Tejerina podría congelar el crecimiento del sector en 2018, 2019 y 2020, permitiendo apenas 0,1 hectáreas adicionales por año.
Los productores extremeños no han tardado en alzar la voz. Las explotaciones, concentradas en Almendralejo, ocupan apenas 1.400 de las 35.000 hectáreas de uva de cava que hay en España, lo que supone apenas el 4% del total nacional. Por el contrario, los productores catalanes amasan casi el 90% de las plantaciones, de modo que su influencia en el Consejo Regulador es mucho mayor que la de los empresarios de cualquier otra región española.

Ferrocarril. Las quejas del tren -«viajes tortuosos, eternos, con los cuartos de baño estropeados y sin servicio de cafetería...»-
La UE estaba dispuesta a aportar fondos para la línea de Alta Velocidad que uniría Madrid y Lisboa. Antonio García explica lo que pasó: «En 2004 nos la volvieron a jugar. Bruselas publicó el mapa de líneas estratégicas y consideró que el Eje 16 (para mercancías: Sines [Portugal]-Madrid-París [por los Pirineos]) que atravesaba Extremadura era prioritario. Pero el Gobierno de Zapatero lo cambió por el trazado del Mediterráneo (Algeciras-París por Cataluña) para satisfacer a los nacionalistas catalanes.
El tren de Extremadura viaja a otros tiempos. Al siglo XIX, en concreto, cuando se instalaron las traviesas de madera del 15% de las vías por donde el tren va a una velocidad de otra época. Los 400 kilómetros que separan Badajoz de Madrid se recorren en seis horas en trenes diésel de media distancia sin cafetería y con tendencia a averiarse.

Retrasos continuos, averías frecuentes, descarrilamientos, incendios, paros en mitad del campo, falta de calefacción y de climatización, traslados en autobuses, trenes viejos que quieren sustituir por otros “menos viejos”…
Hay tramos provinciales y zonas en varias regiones de España con una situación comparable en precariedad. En tiempo y distancia de trayecto desde Madrid, los habitantes de Bilbao sufren casi tanto como los pacenses. Pero el presidente de Renfe, Juan Alfaro, reconoce que "como comunidad autónoma la peor infraestructura y servicio es la de Extremadura". En el viaje de Madrid a Badajoz, la velocidad del tren baja hasta los 30 kilómetros por hora y nunca supera los 160.

El 28 de octubre de 1848 se inaugura el ferrocarril con su salida oficial de la estación de Barcelona y la llegada a Mataró.
            El tramo Béjar-Salamanca sería puesto en servicio el 25 de abril de 1896 y el tramo Salamanca-Astorga, por Zamora (Ruta de la Plata) en julio de 1896, siendo después clausurada el 30 de septiembre de 1984. Y sigue cerrada.
            Béjar era el mayor Centro Textil del oeste de España ya antes de la Ley de Cuotas. Aun así, el tren tardó en llegar 48 años más que a Cataluña, con lo que el retraso tecnológico y comercial se hizo patente, sobre todo porque no se construyó una conexión directa con Madrid y se estaba a expensas de trasbordos costosos y tardíos.
            A estas alturas del siglo XXI, Extremadura no tiene ni un km de Tren de Alta Velocidad.

            En Extremadura se trabaja mucho y bien. Hay industrias y agricultura con las técnicas más modernas, pero las Administraciones no hacen más que poner trabas. Aun.


 Ferrocarril del siglo XIX. De los últimos en llegar.




Ferrocarril del siglo XXI. De los últimos en llegar y líneas eliminadas.
La línea negra es el AVE. Y ya se ha terminado el Corredor del Mediterráneo, mientras el de Extremadura, duerme el sueño de los justos.





            La Constitución quiso solventar el problema tratando de igualar a las distintas Comunidades Autónomas proponiendo inversiones en las atrasadas, pero, ahora, los independentistas catalanes y vascos propugnan del “Derecho a decidir” sobre lo suyo y sobre lo de los demás y se quieren separar de España sin colaborar en la equiparación de inversiones y oportunidades entre Regiones.