viernes, 26 de junio de 2020


¿NOPAL O CHUMBERA?

Ayer mismo, nuestro amigo Jorge Zúñiga, desde Santiago de Chile, nos ha mandado uno de sus interesantes artículos sobre la vida y milagros de los Zúñiga. Y digo “nos ha mandado”, porque sé que también lo ha hecho a Carmen Cascón, que es la que le publica estos artículos en su blog Pinceladas de Historia Bejarana.
            El último que hemos recibido tiene como título “El duque de Béjar, introductor de la cochinilla en España”. Habla de D. Juan Manuel de Zúñiga, XI duque de Béjar, al que aconsejaron que hallándose virrey actual de Nueva España su tío el marqués de Valero, D. Baltasar de Zúñiga, se valiese S.E. de su autoridad y poder.
            No precisa el relato por qué medio logró el duque de Béjar su objetivo, pero en la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, Toledo, se encuentran los informes de los oficiales del duque sobre el modo y tiempo en que se debe recoger la grana silvestre que se cría en su condado de Belalcázar (también en Puebla de Alcocer), y los agradecimientos del rey Felipe V por el ofrecimiento de usar grana silvestre o cochinilla que se cría en sus dehesas de Gibraleón, Huelva, para teñir los uniformes de los soldados de infantería, caballería y dragones, fechados ambos documentos en 1725. (Jorge Zúñiga Rodríguez)
            Lo que son las cosas. Toda la vida pinchándome la manos para coger higos chumbos de las chumberas extremeñas y ahora resulta que la planta donde se cría la cochinilla se llama Nopal. Y el fruto ¿Cómo se llama? ¿Higo nopalo? Estos mejicanos (mexicanos)…
            Ya sé como se llama el higo chumbo en América. Esto del Internet es una gloria.
            En México: la planta se llama nopal, y el fruto tuna (si es dulce) o xoconostle (si es agrio). En idioma náhuatl se denomina nopalli a la planta y nochtli al fruto. ... En Bolivia: la planta se llama penco, y el fruto tuna.


 Chumbera o Nopal cargada de higos chumbos

            Tampoco me había dado nunca por investigar en qué planta vivía la famosa cochinilla. Hasta llegué a pensar que la utilizaban los romanos, por lo de la púrpura, y es que no se puede dedicar uno a investigarlo todo.
            Como es una planta de la familia de los cactus, en Béjar es difícil que crezcan, por eso la conozco de cuando bajábamos a las Extremaduras. Aquí, en casi todos los pueblos la hay. A lo largo de los caminos, en las barreras, y da lo mismo que el terreno se haya convertido en regadío o que siga de secano. Es una planta todo terreno.
            Nacen lo mismo con una semilla que con un trozo de hoja. Cualquiera de sus partes suelta raíces y se aferran al terreno sea del tipo que sea. Solo necesita calor y muy poquita agua.
            Además, son muy defensoras de sus hijos (higos). Tanto las hojas como los higos tienen unas espinas finísimas que se clavan en las manos a la menor y es dificilísimo sacártelas, y duelen… Los de pueblo, al estilo de Gila, le decíamos a los paletos capitalinos: coge, coge… Y teníamos risas (estilo Gila) para rato.


 Chumberas formando un seto para linde de una parcela.


 Chumberas en una barrera seca, reseca.

            Cuentan que, con ocasión del terremoto de Lisboa, allá por el año 1755, en Coria (Cáceres) se desplazó el río y dejó de pasar por el puente romano (se achaca este hecho más a una fuerte crecida del Alagón) y se produjeron destrozos en la Catedral donde se derrumbó parte de la cubierta muriendo cerca de veinte personas.


 Coria. Puente sin rio.


 La parte superior de la torre de la Catedral de Coria la reconstruyó Churriguera, pues había quedado destruida por el terremoto.

            Los amigos de las leyendas dicen que este temblor de tierra afectó a la roca de sustentación de la Catedral, de forma que temieron que se derrumbara. A alguien se le ocurrió sembrar Chumberas (Nopales) en la ladera y cuentan que, desde entonces, las raíces han creado un entramado que mantiene compacta la tierra con la roca. Así pues, afirman que la estabilidad de la Catedral está asegurada por las chumberas y sus raíces.


 La Catedral de Coria y su ladera base asegurada por las chumberas.

            A mí, particularmente, no me gustan mucho los higos chumbos. Soy muy goloso y estos tienen poco sabor dulce (yo le llamo sabor patatero), pero a las personas que no son golosas, sí les gustan y con frecuencia me ha tocado ir con el cubo, les tijeras de la lumbre y los guantes de cuero a hacer la cosecha. A pesar de todas las precauciones siempre hay algún pincho malnacido que se cuela por no se sabe donde y se te clava.
            Luego se lavan bien con agua y desaparecen “casi” todos. Entrecomillo el “casi” porque los malnacidos se multiplican o se desplazan por el aire persiguiéndote hasta que te rindes y lo aceptas resignado diciendo: ¡Que sea lo menos posible!








 Elementos imprescindibles para coger higos chumbos.


 Paisano cogiendo higos chumbos con una herramienta más rústica, pero seguramente más efectiva.





 Paisana haciendo lo mismo y la herramienta casera.
Así no hacen falta guantes ni nada.


 Higos chumbos preparados para ser pelados y comidos.