jueves, 27 de noviembre de 2014

NAVAMUÑO

DESCUBRIMIENTO
     Hace ya unos años que estamos subiendo a Navamuño, a visitar la Cueva donde nació Jerónimo Abdón y, hasta ahora, no nos hemos percatado de la cantidad de indicios y avisos que estábamos recibiendo de que es un lugar "MUY ESPECIAL".
     ¿No os habéis dado cuenta de que todos los años hemos tenido un tiempo estupendo? Claro, me diréis, es que subimos a mediados de Agosto y si no hace buen tiempo entonces...
     Pero no, porque generalmente esos días hace mucho calor incluso en Béjar y allí arriba se está en la Gloria.
     Ha habido algún año que se han rajado algunos que pensaban subir porque amenazaba lluvia, y allí arriba nos ha hecho un tiempo excelente.
     Pero es que hemos ido algunas veces en invierno, y lo mismo. Un día espléndido.
     ¿Por qué saco a relucir esto? Porque hemos estado investigando las señales que hemos ido recibiendo y hemos obtenido un resultado inesperado.
     Primera señal detectada: Ha aparecido un extraño plano hecho desde el espacio como con rayos infrarrojos, señalando una zona determinada.


      Se ha pasado el plano por el ordenador con un programa especial para traducirlo a visión real y ha aparecido la vista siguiente:


      ¡Qué sorpresa! Este paisaje nos es muy familiar.



      ¡Como que es, nada menos, que el Valle de Navamuño!



     Con la Sierra y el Glaciar del rio Cuerpo de Hombre al fondo y una vegetación y un colorido exuberantes.
     Un grupo de estudiosos nos hemos acercado para tratar de descubrir el motivo de la señalización en el extraño mapa y buscar datos científicos.


Parte del grupo investigador oteando la zona desde el Alto de La Muela

     Lo primero que destaca, naturalmente, es la Cueva de Navamuño, archiconocida por todos nosotros.


Rodeada de exuberante vegetación


Una vista más cercana

      Nos acercamos para realizar la inspección científica.


Y nos preparamos para el trabajo

      Pero no vamos a la ventura. Antes nos hemos preparado concienzudamente con una ardua investigación documental en nuestro laboratorio.


Realizando un arduo trabajo documental estudiando antiquísimos legajos.

      Y en una de las investigaciones, hemos descubierto algo que nos abre las puertas a unas grandes perspectivas.
     La vieja fotografía en blanco y negro de la Cueva que hemos manejado varias veces en este blog, ¡estaba incompleta!


Primera fotografía conocida de la Cueva, con algunos Abdones.
 

 Fotografía completa encontrada en los legajos.

      En esta segunda foto, aparece, a la izquierda, un árbol, que, ¡sorpresa! es un manzano. ¿En esta zona y a esta altura? Pues sí señor. Antiguamente había un manzano al lado de la Cueva. ¿Microclima? o quizá restos de lo que descubrimos más adelante.
    Porque, vamos a ver. ¿No hemos visto señales anteriormente en las que no hemos reparado? He aquí algunas.


¿Restos de vacas? Puede que sí o puede que no. No analizamos a su debido tiempo su antigüedad.

 ¿Otro hueso? Sí, pero muy especial, porque es ¡una quijada!
Tampoco le analizamos en su tiempo.

      ¿Y qué encontramos cuando hicimos un análisis más a fondo de la Cueva, incluyendo excavaciones? Manzanas mordidas. 
 

 A saber el tiempo que este terreno especial las ha conservado intactas.

      Cuando revisamos a fondo la Cueva, sí que encontramos señales que fuimos recogiendo y fotografiando para analizar en el laboratorio.

 Fotografía altamente especializada.


¡Esta Cueva es una mina!
Manzanas conservadas in secula seculorum.
Culebrillas que se escamotean.
Y hasta unas inscripciones rupestres que hasta ahora, que hemos utilizado técnicas revolucionarias, no se habían podido detectar.

      Hemos llevado todas las muestras tomadas al laboratorio y hemos hecho un inventario exhaustivo de todas ellas.



      Y hemos deducido, sin ningún lugar a dudas, que la Cueva de Navamuño y sus alrededores, eran, ni más, ni menos, que




 ¡EL PARAISO TERRENAL!

domingo, 2 de noviembre de 2014

CURIOSIDADES

LA VIRGEN DE LA CUEVA


            Estoy asociando ideas a raíz de una noticia que me ha llegado y un comentario que se está repitiendo estos días a cuenta del tiempo tan “bueno” que nos está proporcionando el potente anticiclón.

            La noticia es que hace 25 años se inauguró el Pantano de La Serena, uno de los mayores de Europa y el segundo en su momento, que ha proporcionado una extraordinaria riqueza a la región extremeña, sobre todo a Badajoz.

            El comentario repetido estos días es “Tiene que llover”, porque llevamos muchos días de sol y, si no llueve, no habrá buena otoñada, según dicen los del campo.
            Bueno, pues la asociación de ideas es que “Tiene que llover” es una canción del cantautor extremeño Pablo Gurrero: “Tiene que llover, a cántaros”.



 

 Pablo Guerrero
 

            Pablo Guerrero es natural de Esparragosa de Lares (Badajoz), junto al Embalse de La Serena y de donde es patrona la Virgen de Lares, llamada también Nuestra Señora de la Cueva o la Virgen de la Cueva.

¿Recordáis esa canción infantil “que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva”?.

            Pues una de las varias Vírgenes de la Cueva que hay en España, está en Esparragosa de Lares. Su ermita es un pequeño edificio construido en medio de un acantilado de la Sierra del Castillo, sierra que separa su término municipal del de Puebla de Alcocer. Cada uno de estos dos pueblos se encuentra a los pies de esta sierra, Puebla de Alcocer al norte y Esparragosa de Lares al sur.



La vista de la ermita desde el pie del acantilado es extraordinaria.

La espadaña con la campana está situada en lo alto de la sierra, dando vista a las dos vertientes.
 Detrás de la ermita está la casa del santero, a la que se entra por la vertiente contraria.



Otra vista de la ermita y el acantilado,
esta vez, con "bicho". 

La espadaña y la escalera de acceso a la casa del santero, en la vertiente de Puebla de Alcocer.



El letrero indica la entrada.


Esta es la escalera de acceso a la ermita,por la vertiente de Esparragosa de Lares.




 Y el letrero a la puerta.



 Vista de Esparragosa de Lares desde la puerta de la ermita.


Y una hermosa vista del acantilado desde Esparragosa de Lares.
A la derecha se ve un Castillo. Por esa razón se llama así la Sierra.
 
Es el Castillo de Puebla de Alcocer, población que se ve en la vega, al pie de la sierra.
A la derecha, la espadaña de la ermita.
 

 Una vista más cercana del Castillo.


            Pues verás. Este Castillo perteneció, en el Siglo XIII a Gutierre de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara y formaba parte del Condado de Belalcázar.

            Posteriormente, pasó a propiedad de Alonso Francisco de Zúñiga y Sotomayor (antes de su matrimonio era conocido como Alonso Francisco de Sotomayor y Portugal) (ca. 1498 - Belalcázar, 4 de noviembre de 1541), III duque consorte de Béjar, Grande consorte de España y III duque consorte de Plasencia, Grande consorte de España, V conde de Belalcázar, V vizconde de la Puebla de Alcocer, miembro del Consejo de Hacienda del emperador Carlos V.

            Era hijo de Alonso de Sotomayor y Enríquez, IV conde de Belalcázar, IV vizconde de la Puebla de Alcocer, y de su esposa Isabel Filipa de Portugal.

Alonso Francisco llevaba el apellido de Zúñiga de su bisabuela Elvira de Zúñiga y Manrique de Lara, hija de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar y Plasencia, I conde de Bañares, y de su esposa Leonor Manrique de Lara.

            Se casó en 1518 con Teresa de Zúñiga y Manrique. Noble española de la Casa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, Grande de España y III duquesa de Plasencia, II marquesa de Gibraleón, II marquesa de Ayamonte y IV condesa de Bañares, títulos y estados que heredó en 1531 de su tío Álvaro II de Zúñiga y Guzmán II duque de Béjar, Grande de España y II duque de Plasencia, I marqués de Gibraleón, III conde de Bañares; también fue heredera en 1533 de su tía abuela la duquesa María de Zúñiga y Pimentel, señora de Burguillos, esposa de su tío Álvaro II.

            Era hija de Francisco de Zúñiga y Pérez de Guzmán, II conde y I marqués de Ayamonte y de su esposa Leonor Manrique de Lara y Castro, hija de Pedro Manrique de Lara, I duque de Nájera, y de su esposa Guiomar de Castro

            Personajes bien conocidos en Béjar y Plasencia.



Dentro del castillo destaca su torre del homenaje con varios pisos. Es una torre cilíndrica de 25 metros y totalmente interior. En la parte superior de la misma puede observarse un blasón con las armas de Zúñiga, que fueron quienes reconstruyeron el castillo en el siglo XV.



            Desde la Ermita de la Virgen de la Cueva y desde el Castillo, se puede ver la enorme extensión del Embalse de La Serena y, desde este, mirando a lo alto, se divisan perfectamente estas dos construcciones.



Vista del Embalse de La Serena, con el islote Masatrigo en primer lugar, curioso islote circular con forma cónica al que se accede desde los dos lados.

A lo lejos, la Sierra del Castillo.