sábado, 16 de noviembre de 2019

CARMEN CHAMIZO


POEMAS DE CARMEN CHAMIZO

Ayer, día 14 de Noviembre de 2019, a las 7 de la tarde, Carmen Chamizo de Rivas presentó su primer libro de Poemas: Desde mi ventana.

  


         Bueno, presentó. En realidad lo presentaron la presidenta de Manos Unidas en Plasencia y el presidente de Cáritas, también de Plasencia. El motivo: los beneficios que se saquen de la venta de los libros irán dirigidos íntegramente a Manos Unidas.

         Y, es que Carmen no tenía intención de publicar. Simplemente ha estado hilvanando estrofas toda la vida según su estado de ánimo y lo que pasaba a su alrededor, pero la han animado para este motivo y lo ha aceptado gustosa. De hecho ni lo llamaba poemas sino “mis ocurrencias”, como le decía Alberto, su marido. Así lo dice en la dedicatoria:
Para mi querido Alberto
que siempre me animó y dis-
frutó con mis “ocurrencias”.





Alberto falleció en 2004

         Es una poesía muy amena y muy fácil de leer, sobre todo para los que no somos aficionados a ella. Tiene una parte mística dedicada a sus creencias religiosas, al recuerdo de Alberto y a sus pensamientos sobre lo que observa “desde su ventana”, que es la Naturaleza, el campo, los animales. Y habla con ellos y de ellos y saca sus propias conclusiones, a veces sorprendentemente actuales.

         Tiene otra parte más casera, en la que homenajea a sus amigos y compañeros con cualquier motivo: cumpleaños, traslados, jubilaciones o, simplemente, por gusto de hacerlo.

         Mezcla la seriedad de alguno de los temas con el buen humor en el trato con amigos y compañeros y, sobre todo, se la ve un gran amor a la vida en todos ellos y lo refleja en uno de ellos.

CANTO A LA VIDA

Hoy canto a la luna, a mi luna clara
que llena este mundo de luz
y canto a la tierra, nuestra tierra parda,
nuestra tierra verde, al mar, a la brisa…
Y canto al tomillo, a la jara y a la flor silvestre
que pocos la miran…

Y canto al caballo, que “vuela” saltando
con noble figura…
A la yegua tierna que lame gozosa a su cría.
Y canto a mi perro, que me guarda siempre
y de mí se fía…
y a la golondrina, y al abejaruco,
a nuestras cigüeñas y a los campanarios
que nos las cobijan.

Y canto a los niños, su mirada limpia
y su franca risa.
A la mano anciana que tanto se dio
y ya está rendida…
a la fiel amiga y al ser generoso…

A mi Extremadura y sus atardeceres…
A los ríos limpios,
al sol que calienta y nos dá la vida
y a ese nuestro árbol
que nos dá sus frutos, su sombra constante
y el rescoldo tibio
que nos da su fuego de leña de encina…
Al amor que llena, al que se cultiva
y lo que no es bueno muy prono lo olvida…

Yo canto al amor
y sigo cantando a la vida.

         No sé si me demandará por plagio, porque a mí no se me hubiera ocurrido nada semejante, pero si lo hace, qué le vamos a hacer. No me importa.

         En la presentación leyeron algunos de sus poemas y ¡por qué no voy a poder hacerlo yo!, que además soy pariente suyo.






         Otro poema que me ha llamado la atención es uno en el que parece que está haciendo un inventario de su corral exponiendo sus peculiaridades para la venta, pero que, aunque está escrito en el año 1989, parece comentar la más reciente actualidad.

LA FERIA

¡Vamos a la Feria…!
dicen muy contentos
cientos de animales
con tal pensamiento…
¡Vamos a la feria
que estamos de fiesta…!

“A pasito lento…
dice la tortuga”…

Y el caballo opina:
“Yo me voy de fiesta
a trote contento…”

Un burro rebuzna
por “encantamiento”
y el sonido corre
en alas del viento,
tanto que el cencerro
de la vaca pinta
pone en movimiento…

Y allí un toro bravo
piensa ya en su fiesta
como un “mano a mano”
con un gran torero.

“¿Habrá allí sardinas”?
se expresaba un gato
de manchas marrones
andando con tiento…

“¿Yo tendré allí carne”?
Pensando en la presa
se relame un perro
de puro contento…

y el cerdo gruñía..
“¿Qué yo voy de feria
sin contar con pienso…”?
Una tolva entera
me trago al momento…

Y dice el conejo:
“Con cien zanahorias
blancas o amarillas
me sentiré lleno”.

La perdiz se alegra:
“Iré yo de fiesta
porque allí me admiran
y no será nunca
como un cazadero…”

La paloma blanca
pensaba de cierto:
“Habrá allí maíz
mezclado con nieve
para mi recreo
y una torre alta
para echar el vuelo…”

Pero el gavilán
no se va de fiesta,
porque, sentencioso,
dice “que no encontrará
allá por la feria
nada más que huesos…”

Y la oveja añade:
“Yo no voy, no puedo..,
con tantas cabezas
rozando mi cuerpo,
me pondré modorra
y caeré de sueño…”

Y el carnero dice:
“Si no vas, me alegro,
porque allí habrá hembras
blancas y suaves
para el coqueteo…”

La pobre gallina
no sabe en la fiesta
qué hacer con sus huevos…

Y el gallo presume
de cresta y plumaje
ante el forastero…

Y allá, cavilando,
se van a la feria
buscando el contento,
cada cual al suyo,
sin haber acuerdo.

Así caminamos
por la vida misma
con tal aislamiento,
que la fiesta entiende
cada personaje
según su provecho.

         ¡Una preciosidad!

         Llenamos el Salón del Artesonado del Centro Cultural Las Claras, la mayor parte amigos y conocidos.
        
         Carmen vino acompañada de su sobrina Inmaculada y su marido, una jovencita que apareció por Béjar sobre 1961-62 con sus ojos enormes como dos imanes, procedente de Coria aunque descendiente de Zafra, que tuvo alterado el espíritu de una buena cantidad de los jóvenes de entonces.




Sala del Artesonado del Centro Cultural Las Claras, en Plasencia.
Foto de Germán Pedro Corcho en su web:
http://www.escudosdeplasencia.com