lunes, 27 de abril de 2015

LOS ABDONES

RUMOR DOCUMENTADO

     Para mí, no era más que un rumor.
     Es más, eran por lo menos dos rumores.
     La historia del enriquecimiento de Julián Yagüe ha estado rondando por los mentideros de Béjar toda la vida.
     Unos decían que, viniendo de Andalucía, había hecho desaparecer un cajón lleno de joyas.
     Otros, que lo que desapareció fué una reata de mulas cargada de dinero contante y sonante.
     La verdad, es que lo mismo da, que da lo mismo. Habría que investigar en las Instancias Oficiales para dilucidarlo, pero eso sobrepasa mi capacidad de investigación, que se limita a publicar lo que me cuentan los amigos. Si alguno quisiera tomarse esa molestia.... se lo agradeceríamos.
     De momento tenemos una muy valiosa información que nos ha mandado Oscar Rivadeneyra, que nos despeja las dudas de si hubo asunto o no lo hubo.
     Pues, sí. Si lo hubo.
     Nos ha facilitado una citación judicial dirigida a Julián Yagüe, a Béjar, para responder a unos cargos por malversación de caudales públicos.
     No concreta a que malversación se refiere, pero el hecho, de por si, ya es muy revelador.

Esta es la citación, publicada en un BOE

     Por si no se pudiera leer bien, dice textualmente (los acentos son los que vienen en la publicación):


En virtud de providencia del señor don Manuel Martínez Delgado, juez especial de Hacienda de esta provincia, refrendada del escribano mayor de rentas de la misma señor don Manuel María Cárdenas, solicita, llama y emplaza por este segundo edicto y pregón á don Julián Yagüe vecino de Béjar, cuyo paradero se ignora, para que en el término de nueve días se presente en este juzgado, sito en el piso bajo de la casa calle de Capellanes, núm 7, ó en la cárcel de Villa de esta córte, á responder á los cargos que le resultan en la causa criminal que se sigue contra el mismo por malversación de caudales públicos, en inteligencia que no verificando su presentación, se seguirá el procedimiento en su ausencia y rebeldía con los estrados del tribunal, parándole el perjuicio que haya lugar.

     Sabemos, o mejor suponemos, que no ocurrió nada porque Julián estuvo "toreando" a la justicia durante algún tiempo hasta que, supongo, se olvidara el asunto.
     Hay que recordar que era un personaje muy cercano al rey absolutista Fernando VII y, siempre, pero en esa época mucho más, a las personas que estaban en gracia con el poder era muy difícil que les pillaran con las manos en la masa.
     Recuerdo aquí lo que publiqué en este blog sobre Julián Yagüe el día 15 de Mayo de 2010:

 Medallón con la "foto" de Julián Yagüe



     Julián Yagüe, potentado placentino, era hijo de Manuel Yagüe de Olivares, fabricante en 1803, y de Ángela Martín Sánchez-Ocaña (es Ángela Martín-Caballero S-O).

    Era Tesorero del rey Fernando VII e Intendente de la provincia de Toledo. Fue presidente de la Junta de Enajenación de los Conventos suprimidos.

     Se cuenta que, en el traslado desde Toledo a Madrid de las alhajas de los conventos, desapareció un cajón de joyas (otros dicen que una reata de mulas con dinero). Le citaron varias veces para reclamárselo y, unas veces diciendo que estaba en Béjar y otras en Plasencia, se iba prolongando la comparecencia. Por fin manda a José María Rodulfo, quien dice que lo ha entregado, presentando al mismo tiempo una carta de reclamación de cantidades que le debían por viajes a Portugal. Al final no apareció el cajón.

    Como consecuencia de la Desamortización, Julián compró, en Béjar, el Convento de La Piedad, situado en la Plaza de La Piedad. Más tarde pasó a ser el Casino Industrial.

     Al construir el Casino, apareció una tumba, que se cree que era del Duque de Béjar D. Manuel Zúñiga. Su cuerpo fue trasladado al Cementerio Municipal.

     Los que quieran seguir investigando qué pasó con esos Caudales Públicos, solo tienen que seguir los pasos de sus descendientes. Sabemos que tuvo siete hijas y las siete se casaron. Parece ser que también tuvo un hijo, pero no se sabe más de él.

     Julián Yagüe se casó con Ana López Fernández, hija de Manuel Diego López Muñoz de la Peña, primer alcalde democrático de Béjar después del Ducado, y nieta de Diego López Medina, el que consiguió el título de Real Fábrica.
  
       Sus siete hijas Yagüe López se casaron con:
            Manuela con Cipriano Rodríguez Arias

            María (Mariquita) con Nicolás Rodríguez Vidal

            Ángela con Jerónimo Abdón Gómez-Rodulfo

            Rufina con José María López del Moral

            Ana con Saturnino García Bajo

            Dolores con Juan Antonio López Manzanares

            Felisa con Francisco Campo

     Julián era, como se decía en Béjar antiguamente, "rico de familia" y por lo tanto no tenia necesidad de estudiar ni de trabajar y se podía haber dedicado tranquilamente a vivir de las rentas o a dirigir la Fábrica familiar, pero parece ser que su carácter era más inquieto y se metió en política y ya se ve que con bastante éxito económico. Tuvo buenos contactos al más alto nivel.



lunes, 20 de abril de 2015

LOS ABDONES

RECUERDO DE PEPE CID
     Siempre se ha dicho que todos los Santos tienen Octava y este es el caso de Pepe Cid, aunque se nos ha alargado un poco.
     Pero es igual, a los buenos amigos y parientes queridos no se les olvida nunca.
     No quiero "hablar" más, voy a dejar que lo haga alguien que sabe hacerlo mucho mejor.




Cuando Un Amigo Se Va





Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.


Cuando un amigo se va,
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.


Cuando un amigo se va,
una estrella se ha perdido,
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.


Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a rebelar,
el duende manso del vino.


Cuando un amigo se va
galopando su destino,
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.


Cuando un amigo se va,
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.


Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.


Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.