LOS ABDONES

ANTECEDENTES

Antes de seguir adelante con Los Abdones, conviene saber algo de los antepasados.
Sin ir muy lejos en este punto, labor destinada a los Historiadores y a los eruditos, que saben mucho más, vamos a hacer un pequeño resumen de los datos que se publicarán en el árbol genealógico, en la página web que se está confeccionando y que, espero, estará en Internet en breve tiempo.

Gómez-Rodulfo:
Juan Gómez Muñoz de la Peña y Polonia Rodulfo González, tuvieron dos hijos: Francisco y Juan.

Francisco Gómez Rodulfo se casó con Teresa Hernández Bueno y tuvieron a Jerónimo Abdón, Ruperto y Juana.

Yagüe - López:
Diego López, se casó con María Francisca Fernández y tuvieron cinco hijos: Ramona, Diego, Ana, Juana y Dolores.

Ana López Fernández se casó con Julián Yagüe y tuvieron las siete hijas que aparecen en una página anterior, entre las que figura Ángela Yagüe López.

Los Abdones:
Jerónimo Abdón Gómez-Rodulfo Hernández se casó con Ángela Yagüe López de donde nacieron:

Mariana Gómez Yagüe (Rodulfo). Casada con Esteban Anaya.
Juan Gómez-Rodulfo Yagüe. Casado con Elisa Ibarbia.
Carmen Gómez Yagüe (Rodulfo). Casada con Ramón Olleros Mansilla.
Ana Gómez Yagüe (Rodulfo). Casada con Valeriano Rodríguez Bueno.
Francisco Gómez-Rodulfo Yagüe. Casado con Ana López Yagüe.
Felisa Gómez Yagüe (Rodulfo). Casada con Ramón Faure.
Jerónimo Gómez-Rodulfo Yagüe. Casado con Justa Rodríguez Hernández Bueno.
Juana Gómez Yagüe (Rodulfo). Casada con Raimundo Faure.



Para romper la imagen monocolor de este listado, incluimos esta fotografía de una familia de Abdones que están orgullosos de serlo, pero sobre todo de ser "Un Pedazo de Familia", en palabras de Emilio.

Se trata de la familia Rivas Téllez.

Ella es Carmen Téllez Gómez-Rodulfo (en Béjar todo el mundo la conoce como "Chichi", aunque a ella no le gusta nada, pero es que se fué cuando era muy pequeña y dejó este recuerdo. ¡Qué le vamos a hacer!), que está de un guapo que tira para atrás, y más desde que es abuelita por cuarta vez.

Él es Emilio Rivas Quesada, que..., bueno..., tampoco está mal del todo, aunque no está bien que lo diga yo.

De los hijos y los nietos, no hace falta decir nada. Solo mirar.

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