lunes, 25 de enero de 2010

LOS ABDONES

REFLEXIONES SOBRE JERÓNIMO ABDÓN
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Nuestra diplomada particular Carmen Cascón, a pesar de su juventud, tiene un extensísimo curriculum de publicaciones; gran parte de ellas sobre Béjar y sobre los bejaranos.
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Todas ellas corroboradas documentalmente, como buena historiadora que es, merced a las múltiples visitas a los archivos locales, municipales, provinciales, parroquiales y otros.
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Carmen Cascón en la Cueva de Navamuño con el Grupo de Montaña
"Los Pinreles".
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También es una activa colaboradora de este blog y, gracias a ello, se ha aficionado a investigar la vida y milagros de nuestro Jerónimo Abdón, ya suyo también, y, cada cierto tiempo, nos deleita con un artículo sobre él, que nos ayuda a conocerlo y a admirarlo más.
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El artículo que viene a continuación, lo ha publicado en el semanario Béjar en Madrid del día 15 de Enero de 2010.
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LOS ANTECEDENTES FAMILIARES DE UN BEJARANO NACIDO EN UNA CUEVA
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La historia del nacimiento de Jerónimo Abdón Gómez- Rodulfo puede ser un buen ejemplo de las narraciones marcadas por el miedo y la violencia surgidos a causa de la Guerra de Independencia.
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Pero comencemos perfilando un relato oportuno en el que consigamos ofrecer un contexto familiar y local apropiado para que entendamos mejor lo ocurrido.
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Béjar había conseguido echar el vuelo económicamente gracias a las manufacturas textiles que se habían prodigado durante todo el siglo XVIII. Los duques de Béjar, concretamente de la mano de las duquesas viudas Teresa Sarmiento de la Cerda y Mª Alberta de Castro y Portugal, consiguieron impulsar las artesanales técnicas textiles de la villa firmando un contrato con varios maestros extranjeros en 1691. Estos se comprometían “a pasar a la villa de Béjar y residir en ella, a imponer y ejecutar la fábrica de paños, bayetas, droguetes, estameñas, sempiternas, ratinas y otros géneros de lanas y enseñar su manufactura a los naturales del Ducado de Béjar que lo quisieren aprender”. El interés del señorío ducal no era más que ampliar los ingresos que les reportaban las alcabalas derivadas del monopolio del Tinte puesto en explotación por el propio ducado desde finales del siglo XVI. 

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Béjar en la Edad Media
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Con la llegada de los llamados “maestros flamencos”, la manufactura textil de la zona, originaria de la Edad Media, da un giro sustancial, clave y necesario para entender el desarrollo del que luego será sector económico preponderante de Béjar hasta finales del siglo XX. Y no sólo se verá beneficiada por la llegada de estos técnicos “venidos de lejos”, sino también por las contratas de paño para el ejército que a partir de este momento, y con la instauración de los Borbones, comenzarán a establecerse con la villa ducal al apoyar Cataluña en la Guerra de Sucesión al pretendiente austriaco. Según Ros Massana llegaron a Béjar entre 1691 y 1753 46 familias de extranjeros, entre ellos flamencos, franceses, ingleses y alemanes. Una parte importante ejercieron de maestros tintoreros en el Tinte Ducal, aunque no todos, pues algunos decidieron apostar por negocios fabriles propios o trabajar por cuenta ajena.
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Hacia 1750 los extranjeros habían llevado a cabo tan bien su trabajo de enseñar a los naturales la fabricación de toda clase de paños que los bejaranos se habían alzado con su dominio en la villa. Poco después y como muestra de ello, Diego López consiguió una real cédula de Carlos III por la que se le concedía autorización para ejercer la labor de tintado de manera privada en su manufactura, rompiendo el monopolio secular de la Casa Ducal. Sería el comienzo del fin.
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Pero, volvamos a la familia de Jerónimo Abdón Gómez- Rodulfo, personaje iniciador de nuestra pequeña narración. Los Rodulpho o Rodulfo presumían de ser originarios de Gante y uno de sus individuos, Juan Rodulfo Eclar, se había instalado como fabricante de paños en Béjar.
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Su introducción en la sociedad no fue en modo alguno traumática y, como muchos otros maestros extranjeros llegados a la zona, acabó casándose con una bejarana, Manuela de Ocaña y Herrera, en 1715. Su hijo, Juan Manuel, consiguió mantener el negocio familiar y, ya a finales del siglo XVIII, su nieto, Salvador Rodulfo, presumía de ser uno de los potentados fabricantes textiles de Béjar con tinte propio. Una de las nietas de Juan Rodulfo Eclar, Polonia, hermana a su vez de Salvador, se casó con Juan Gómez Muñoz de la Peña en 1784, uniendo dos familias de fabricantes textiles. En 1787 instalaron su manufactura en un edificio de nueva construcción en el sitio de Los Picozos. El hijo mayor del matrimonio Juan Gómez Rodulfo heredó la fábrica de sus padres e intentó mantenerla a flote en las duras jornadas de la Guerra de Independencia. En los primeros pasos de la contienda ya se especulaba con la importancia que Béjar tendría en los acontecimientos que sobrevendrían, por su situación estratégica y su importancia económica. Durante 1808 la guerra sólo se intuyó, pero en la primera mitad de 1809, las noticias hacen más cercanas a las tropas enemigas, se extienden las epidemias, comienzan a llegar heridos, las subsistencias se hacen escasas y los impuestos se elevan, por lo que el pánico cundió entre los bejaranos.
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Sabemos por Gabriel Rodríguez Bruno que muchos bejaranos decidieron huir a la sierra, aunque el flujo suponemos fue incesante a lo largo de la guerra. No sabemos cuándo Juan Gómez Rodulfo decide empaquetar sus bienes y encaminarse con su familia a los agrestes refugios que le ofrecía la naturaleza. Fuese antes o después, el caso es que Teresa Hernández Bueno, su mujer, estaba embarazada y da a luz a un niño en una cueva rocosa del valle de Navamuño el 30 de julio de 1809. Mientras el bebé da su primera bocanada, las calles de Béjar están siendo invadidas por 8.000 hombres pertenecientes a las tropas galas que violan, asesinan, saquean e incendian todo a su paso en un día terrible para la historia de nuestra ciudad.
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“Cuantos excursionistas han subido a las lagunas o a Navamuño, han pasado junto a la cueva donde se refugió la familia de don Juan Gómez Rodulfo, huyendo como todo el vecindario de la invasión francesa y puede asegurarse que no ha habido una sola persona que no le haya dedicado un recuerdo al pasar. Mirad - es la expresión – en aquella gruta de la izquierda nació don Jerónimo Gómez – y señalan la oquedad natural que dejan unos enormes peñascos en medio de una explanada de suave declive, antesala de Navamuño, entre este y la empinada pendiente por donde el río comienza a bajar entre peñas y una vegetación lujuriosa.”, relataba el Béjar en Madrid en 1922 a propósito de un recuerdo biográfico suyo. 

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Placa conmemorativa colocada en la Cueva de Navamuño
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El día 4 de agosto los franceses se retiran y, unos días después, el 6 de agosto de 1809, el niño es bautizado en la iglesia de San Juan Bautista poniéndosele los nombres de “Jeronimo Abdon, hijo legitimo de Juan Gomez y de Teresa Hernandez Bueno·”. 
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Dos vistas de la Cueva de Navamuño
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Este niño, con el tiempo, lograría mantener y expandir el negocio paterno, siendo uno de los fabricantes más importantes del siglo XIX y cabeza de una gran familia que ha llegado hasta nuestros días. Su nombre y su recuerdo no se ha perdido, pues sus descendientes colocaron no ha mucho una pequeña lápida con su nombre en la cueva que le vio nacer hace 200 años en este pasado mes de julio de 2009.
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Mª del Carmen Cascón Matas
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Nota: Mi agradecimiento a Jerónimo Gómez- Rodulfo por infundirme interés sobre la persona de su antepasado y enseñarme el lugar de su nacimiento.
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FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRAFÍA:
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A. P. San Juan Bautista. Libro de bautismos nº 9. Fol. 237 v (consignación de su partida de nacimiento), así como libros de casados y bautizados correspondientes a la primera mitad del siglo XVIII.
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Blog “Los Abdones” en Internet cuyo autor es el mencionado Jerónimo, dedicado enteramente a la familia Gómez- Rodulfo.
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CASCÓN MATAS, M C y GONZÁLEZ HOYA, O: Un recuerdo de la ocupación francesa de Béjar en el segundo centenario del comienzo de la Guerra de Independencia Española (1808-2008) Especial Béjar en Madrid, 2008.
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RODRÍGUEZ BRUNO, G. E.: Béjar y la Guerra de Independencia. Ed. Rodríguez Bruno, G. E. Béjar, 1993
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ROS MASSANA, R: La industria textil lanera de Béjar (1680- 1850). La formación de un enclave industrial. Junta de Castilla y León, 1999.
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SÁNCHEZ MARTÍN, J. R.: Industria textil y fábricas de Béjar. Especial Béjar en Madrid, 2005.
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4 comentarios:

Ccasconm dijo...

Jero, ha quedado muy bonito. Muchas gracias por colgar en tu prestigioso blog cosillas que publico por ahí. Ya sabes que eres el instigador de investigaciones relacionadas con Los Abdones...jejeej

Un abrazo

jeronimojgr dijo...

Y gracia a tí por mandarmelas
Jero

Óscar Rivadeneyra dijo...

Justo el día que lo pusiste en el blog acababa yo de leer el artículo en el periódico. Jo, Jero, qué suerte has tenido en conocer a Carmen. Es el mejor descubrimiento que ha tenido Béjar en muchos años, y aun hay gente que no la conoce.
Además la foto que has colgado creo que yo no la tenía. Otro recuerdo más de un día inolvidable.
Saludos.

jeronimojgr dijo...

Óscar. La suerta, también, ha sido conoceros a todos vosotros, Los Pinreleros, que me estais enseñando en este poco tiempo, mucho más que lo que he aprendido en mi dilatada vida. Y por lo bien que me lo estais haciendo pasar, recordando cuando tenía vuestra edad.
Un fuerte abrazo. Jero.