lunes, 6 de julio de 2015

ELUCUBRACIONES



LOS ARCES
            Uno de los recuerdos que tengo de pequeño y que han perdurado durante toda la vida, ha sido la relación que he tenido con algunos árboles.

            En Béjar y sus alrededores hay árboles para todos los gustos, árboles de montaña, claro. Los que más abundan son los castaños, los normales y los de indias. Con los primeros íbamos de “garulla” a comernos las castañas y con los segundos a jugar a las vacas con las suyas.

            En Extremadura y los campos de Salamanca, las encinas, los robles y los alcornoques y, en las riberas de los ríos, los chopos (álamos blancos) y los álamos negros. Desde hace algún tiempo han proliferado los pinos y los eucaliptos con las repoblaciones forestales y se pueden ver algunos ejemplares magníficos de magnolios, cedros, palmeras y otras especies decorativas.

            Mis conocimientos de la flora van poco más allá y solo soy capaz de nombrar alguna de las “cienes y cienes” de especies que tenemos alrededor si voy acompañado de Óscar Rivadeneyra, que se las conoce todas y sabe dónde está el árbol más escondido que sea interesante visitar.

 Grupo de Abdones con Óscar, junto al Castaño milenario



            Pero uno de los árboles que más me ha gustado siempre, ha sido el Arce.

            Y un sitio donde hay unos Arces monumentales es en el Parque, en Béjar. No le quiero llamar ni Parque Municipal, ni de la Corredera, ni siquiera de Don Pepito, porque, en Béjar, con decir “voy al Parque”, ya es suficiente.

            Allí nos juntábamos de pequeños para jugar con la tierra, con las vacas “de indias” y con los “barquillos”, que son las cortezas del tronco del Arce que se caen al suelo y que incluso todavía hoy me gusta desmenuzar.

            Algo después, los antiguos setos que formaban caminos oscuros, ocultaban  bancos en la penumbra que nos disputábamos los amigos aprendiendo a fumar con las parejas de novios. Entre cigarro de anís y cigarro de tabaco rubio comprados en el puesto de la señora Dominica, nos entreteníamos rompiendo barquillos.

            Nunca he sabido que estos árboles tan enormes y tan majestuosos se llamaran Arces, pero sí que me han llamado siempre la atención. He tenido siempre la sensación de estar en una Catedral, con ese ambiente a la vez de grandeza y de recogimiento, de silencio y, al mismo tiempo, del sonido de la Naturaleza al moverse las hojas con el viento.

 Entrada principal del Parque de Béjar con su monumental arboleda

Interior del Parque y sus dos templetes

Paseo principal
La "Catedral" de los Arces

Hermosa y refrescante cubierta

El tronco con varios "barquillos" caidos de su piel

Otro tronco con "barquillos"
Este, más pequeño, en Hervás


            Todo esto viene a cuento de la foto que tiene María Antonia Ortega en su blog http://plinto.blogspot.com.es/

            Está apoyada en un árbol enorme (pedazo de árbol, la dije), con un tronco precioso que enseguida identifiqué con los del Parque, así que la pregunté qué árbol era y donde estaba. Me dijo solo que estaba en Brihuega, provincia de Guadalajara, así que me puse a investigar en el sabelotodo Internet y descubrí su nombre (salvo error u omisión).



 María Antonia Ortega apoyada en su Arce particular



            El color y las manchas del tronco, las hojas como una corona de Princesa. No tenía pérdida.

 Tronco de Arce de algún sitio



            Ya me había dado cuenta de que había Arces en muchos más sitios, como es natural y que hay muchos tipos de Arce, con hojas que van desde el color verde al amarillo, al naranja y al rojo.


 Hoja de Arce, verde
Es el color típico del verano


 Hoja de Arce amarilla-marrón
Un de las tonalidades más comunes en otoño


 Hoja de Arce naranja
Fase intermedia entre amarilla y roja


 Hoja de Arce roja
Última fase del otoño


            Estas últimas son tan bonitas, que Canadá, el país de los árboles por excelencia, la ha adoptado como centro de su bandera.


 Bandera de Canadá


            Se pueden ver en el Paseo de la Constitución, junto al Parque Municipal de Hervás y, unos ejemplares de hojas rojas, preciosos, en el parque de La Isla de Plasencia.


 Arce en Hervás

 Arces rojos en La Isla de Plasencia
Verano


 Los Arces de La Isla, en otoño
Hojas amarillas, naranjas y rojas


 Disfrutando del colorido


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