Siempre nos hemos visto esporádicamente, aprovechando cruzarnos por la calle Zapatería de Plasencia, o en el Club Náutico (Ex Club) Lago Gabriel y Galán, pero hemos echado buenas parrafadas haciendo coincidir nuestros árboles genealógicos, que ha sido una de nuestras aficiones.
También hemos tenido una buena movida, como se dice ahora, con los Emails, siempre con el querido monotema.
Y es que a mí me ha gustado aprender de los investigadores y de los estudiosos, que nos poneis las noticias que queremos al alcance de la mano.
Tu libro "Ad perpetuam Rei Memoriam (Apuntes sobre mi familia)" fué como una revelación. Se me despejaron las tinieblas que tenía sobre muchas personas y cosas y, desde entonces no dejé de preguntarte. Quizá abusé un poco, pero sabía que no te molestaba. Creo que al revés, porque nunca me contestaste escuetamente, sino que me diste toda clase de explicaciones.
Como no quisiste que tus conocimientos quedaran guardados en un armario, se los cediste al Ayuntamiento de Plasencia para que los pudiera consultar quien quisiera.
Bueno, no has querido esperar al mes de Agosto para irte, pero aquí seguimos recordándote como si estuvieras.
Algo ha puesto de su parte tu nieto Andrés al "inmortalizarte" en uno de sus óleos.
Ya nos veremos algún día, Miguel. Yo, por si acaso, no he borrado tu dirección de Internet.
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