martes, 15 de septiembre de 2020

VERANO DE 2020. Interesante

Parece que en los pueblos no pasa nada interesante y a lo mejor es cierto, pero es que “Interesante” es algo que tiene interés para el que observa y, para una persona que tiene tiempo, curiosidad e imaginación, observar lo que pasa a tu alrededor puede ser algo muy “Interesante”.

Dando mi paseo de por las mañanas (no digo matinal porque suelo hacerlo a partir de las 12,30 h) me gusta sentarme un rato a la sombra en un parque tranquilo a escuchar el canto de los pájaros y tratar de identificarlos, algo que se me da bastante mal.

Últimamente, casi todos los sonidos son de tórtolas. Esas Tórtolas turcas que han invadido los espacios urbanos desde Grecia y Turquía a la Península Ibérica y el norte de África. No sé si se convertirán algún día en plaga, pero como no se las puede cazar porque viven en los cascos urbanos, algún día no muy lejano habrá que inventarse algún remedio para controlarlas.

A lo que vamos. Mientras llega esto, es agradable escucharlas y recordar la leyenda que hay sobre ellas. Ya la he publicado un día en Facebook.

Estoy en un parque oyendo a las tórtolas turcas repetir continuamente "diecio-cho, diecio-cho...'

Dicen que estando Jesús en la Cruz, un legionario se apiadó de él y quiso darle algo de beber.

Solo encontró a una señora que tenía un cuenco de leche y se lo quiso comprar con las diecisiete monedas que tenía, pero la mujer pidió dieciocho.

Insistió el legionario y la mujer no cedía: dieciocho, dieciocho...

Viendo la avaricia de la mujer, Jesús la maldijo y la convirtió en tórtola, que siguió con el mismo soniquete: diecio-cho, diecio-cho...

Claro que las tórtolas no lo dicen en castellano, lo dicen en griego: dekao-chtó, dekao-chtó. Y es que su nombre científico es Streptopelia decaocto. Pues eso: decao-cto, decao-cto…

Dicen que el día que las tórtolas digan diecisiete, se convertirán otra vez en mujer.

Y si dicen diecinueve, se acabará el mundo.”

Para oir el canto de estas tórtolas, ir a esta dirección de Internet: https://www.youtube.com/watch?v=rBCtEjbgkq8

Artistas desconocidos

        Riolobos, un pueblo cercano a Plasencia, agrícola, laborioso, con más de 1.200 habitantes, se distingue por la dedicación a sus espacios públicos con cierta mira artística.

        Desde hace bastante tiempo iniciaron la remodelación del pueblo con la conversión de la antigua charca-abrevadero en un estanque precioso, donde los jóvenes practican la pesca consiguiendo grandes ejemplares de carpas y barbos.

        Jóvenes y menos jóvenes, porque todos los años se celebran en ella varias competiciones de pesca.


        Lo completa una zona deportiva con campo de fútbol, pabellones, el Parque municipal convertido en museo de vegetación autóctona, un cerro entero dedicado a las Orquídeas silvestres, camping, piscinas…

Mirador del cerro del Tomillar.

         Como estas instalaciones están a las afueras, se llega a ellas por un paseo precioso, flanqueado de palmeras.

Paseo de la Avenida de Plasencia, en Riolobos, con la Luna en “croissant” sobre Don Tulipo (Venus), mi astro favorito.

         En este pueblo han existido siempre artesanos para todas las especialidades y ha destacado, para mi gusto, la familia de herreros Fernández, que últimamente ha adoptado el nombre comercial CERRI, para dar una marca a sus productos, sobre todo los remolques para vehículos ligeros, aunque siempre han tenido un “toque” artístico.

        Ya de antiguo se dedicaron a fabricar veletas, muchas de las cuales se pueden ver en los tejados de muchos edificios.

        En su página web:

https://veletascerri.com/default.asp?plant=1&seccion=213&offset=0

se puede leer un pequeño historial:

Familia de artesanos del metal con más de 50 años de dedicación forjando con gran imaginación y esmero.

En los inicios D. Leandro Fernández Lucía comienza a tratar con la forja en un pequeño taller de la localidad de Riolobos. Con la fuerza de la experiencia ha confeccionado todo tipo de utensilios a lo largo de estos años.

Con dedicación y tesón puede observarse como este artesano del hierro le da forma al hierro y chapa convirtiendo un material inerte en una pieza llena de vida.

Desde hace unos años y debido a su demanda se especializa en la realización de veletas, pudiéndose ver sus trabajos, salidos de este taller familiar, en tejados de toda España y de fuera de nuestras fronteras.

Actualmente la empresa la dirige su hijo Juan Fernández Municio heredando la destreza y dedicación de su padre, actualizando continuamente las herramientas y maquinarias que la tecnología ha ido innovando para realizar el mejor trabajo.

Juan y Leandro colocando la veleta en el tejado de su casa.

Juan, con el diseño de una veleta tradicional.

Distintos tipos de veleta y su localización.

         Pero Juan tiene bastante de artista y su imaginación le empuja a hacer figuras de hierro fuera de su trabajo con los remolques, con los tractores y la maquinaria agrícola.

         Ha cambiado el tallercito familiar por una nave industrial y allí, rodeado de cacharros descolocados, como buen artista, dedica sus tiempos libres para sus particulares esculturas.

Entre los puestos de artesanía del Martes Mayor de Plasencia, presenta dragones, pájaros, veletas, aperos de labranza y de cocina tradicionales, y hasta una Torre Eiffel.

        Una de sus últimas obras, que demuestra que además de ingenio tiene paciencia, es la construcción de un toro de hierro, siguiendo las instrucciones de un diseño japonés. Lo vio, le gustó y aquí está el bicho.

En esta foto se le ve mejor.


Y en esta, una autofoto (selfie) de Pilar con nosotros y el toro, que está expuesto en la Plaza de España, de Coria.

        Pero este año nos ha sorprendido con una obra que difícilmente se nos hubiera ocurrido que se reprodujera en acero: el cuadro Guernica, de Picasso.

        Con un programa de corte, una buena plancha de acero, muchas ganas, tiempo y paciencia, ha reproducido esta obra de arte y la ha tenido expuesta en la calle para que la veamos los amigos, vecinos y paseantes en general.

        Desconozco el destino final, pero seguro que nos la encontramos en algún lugar destacado de alguna institución.

El Guernica de Picasso en una plancha de acero, sobre uno de los remolques CERRI.

         ¡Genio y figura!


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