miércoles, 23 de septiembre de 2020

VERANO DE 2020. Escudos y pueblos (1)

Generalmente, los turistas de a pie prestamos muy poca atención a algunos detalles de los pueblos y de las ciudades, que antiguamente tenían mucha importancia.

Uno de estos detalles es su escudo heráldico.

Algunos son muy conocidos por su importancia histórica, pero hay muchos que por olvido, por falta de relevancia o porque no lo tenían y lo han adquirido recientemente, pasan totalmente desapercibidos.

        Cuando en 1837 se abolieron los señoríos se obligó a todas las poblaciones a dotarse de un escudo municipal, aunque muchos no lo han hecho hasta fechas muy cercanas. Las recomendaciones de los especialistas y la costumbre en las últimas décadas hacen que el timbre más común de estos escudos sea la corona real cerrada.

Voy a hacer un pequeño recorrido de las poblaciones por las que he andado este verano y a hacer un alto en sus escudos.

 RIOLOBOS

        Lo dice bien claro el escudo: Un río entre dos lobos.

        Riolobos era una pequeña aldea que dependía de la “Atalaya de Pelayo Velidiz, situada muy próxima a esta población que, pese a su nombre, Atalaya, debió convertirse en una fortaleza de cierta importancia. Es la cabecera de un término que coincide a grandes rasgos con lo que posteriormente será la tierra de Galisteo.

        Alfonso IX de León, después del año 1209, acometerá la repoblación de la zona leonesa cercana a la ciudad castellana de Plasencia, edificando una “villam et munitionem”, denominada Galisteo, a la que fortificó con muralla de canto rodado, para proteger la línea defensiva frente a Castilla, al otro lado de la Calzada de la Plata.

Finca La Atalaya.

 La pérdida de importancia y consiguiente despoblación de La Atalaya determinará el futuro desarrollo de Galisteo como cabecera de unos territorios casi coincidentes con los de aquella y que formaron parte del alfoz de Coria” (Jerónimo Mateos Calvo. UT PLACEAT. Fundación de Alfonso VIII).

Vista de Galisteo.

Muralla de canto rodado de Galisteo.

         Riolobos fue uno de los muchos asentamientos agrícolas que aparecieron por la zona en tiempos inmemoriales, aprovechando la riqueza de las vegas del Jerte y del Alagón. Muchas se quedaron en heredades (fincas) y otras prosperaron y llegaron a aldeas.

        No sé de donde le viene el nombre. Posiblemente sea uno de esos que se han ido modificando con el paso del tiempo y con el cambio de idiomas.

Riolobos desde el Cerro del Tomillar.


        Según Francisco José Casillas Antúnez en su artículo “Riolobos, un caso de más de tautotoponimia”, en Riolobos el hibridismo (dos palabras juntas que significan lo mismo) corre a cargo del romance ‘río’ y el radical preindoeuropeo Lup, Lub, Lubia, Lupa, Sleup, con significado de “deslizarse, fluir, o lo que se desliza”

        “Consideramos que se trata de una tautología, es decir, de un topónimo formado por étimos reduplicados y procedentes de diferentes lenguas que se refieren a una misma realidad, como sucede en macrotopónimos del tipo Puente de Alcántara (del ár. al-gantar ‘el puente’, y por lo tanto “Puente del Puente”) o Desierto del Sahara (del ár. sahara ‘el desierto’). En nuestro caso el significado que se repite dentro del mismo nombre de lugar sería “río-río”, semejante a los hidrónimos Guadalupe (Cáceres) y Guadalobón (Málaga). Si en estos dos hidrónimos se ha producido hibridismo del árabe wadi y el prerromano LUP-/LOB, en el Riolobos el hibridismo corre a cargo del romance ‘río’ y el radical preindoeuropeo. En cualquier caso, asumimos las palabras de Luis Cortes cuando expresa que “En la mente del toponimista hay una idea que se impone inmediatamente de modo espontáneo, y es el relacionar estos topónimos con la palabra lobo”.”

Lobos cruzando un río.

        “El topónimo interpretado literalmente es una alusión directa a un “río de los lobos”, del latín LUPUM `lobo’ como sugiere Paredes Guillén: “Riolobos: río de lobos. Pero no parece que sea ésta la solución más convincente para explicar el nombre del lugar. El Libro de la Montería no dice nada al respecto de esta zona que, si por el topónimo nos dejáramos guiar, debería ser particularmente rica en este tipo de animales. El Interrogatorio es todavía más explícito, pues en la respuesta n° 53, referente a la caza mayor, explica que “En el término de este lugar no se encuentra caza por hallarse muy desmontado [. .. ] saliendo a echar las batidas a lovos en los tiempos que está mandado, premiando al que mata alguno con lo que señala la Real Ynstrucción, sin que se pueda dar número fijo de los que se matan en cada año en atención a ser mui corto. La orografía tampoco es propicia para el hábitat del lobo, porque el lugar no está rodeado por un paisaje montuoso y agreste, sino todo lo contrario: “Situado en una cañada, a la falda de una pequeña colina que le defiende de los aires norte y sur”, como escribe Pascual Madoz, que resume la descripción que casi medio siglo antes había realizado Tomás López: “Está situado Riolobos en una grande planicie entre dos sierros”.”

La zona rayada es la Vega del Alagón.

        El río al que se refiere y al que algunos han llamado Arroyo de Riolobos, es el actual Arroyo del Boquerón, que también debe derivar de algún antiguo vocablo que nada tenga que ver con el rico pescado marino.

        "Boquerón" o "Buquerón" pueden provenir de “boca” del latín “BUCCA”, a través del aumentativo de “boquera”, como “boca o puerta de piedra que se hace en el caz o cauce para regar las tierras”. (Toponimia Maderuelo).

        En efecto, este arroyo nace al otro lado de las barreras de El Cuchillar, coronadas por la Vía de la Plata, y las atraviesa entre La Torrecilla del Carmen y Los Corralillos a la altura del km 492 de la Autovía de La Plata A-66, a través de una “boca que se hace en el caz o cauce para regar las tierras”. Llena primero el embalse de abastecimiento de agua a Riolobos, pasa junto a esta población convertido en Arroyo del Rivero y discurre por la Vega de La Argamasa antes de desembocar en el Alagón.

        ¿Se debería cambiar el escudo por otro que fuera más acorde con su Historia y su toponimia?

        Yo creo que ya no, aunque el autor debería haber tenido un poco más de cuidado en sus estudios, si es que los hizo y no haber tirado por lo fácil.

        Ahora, lo correcto sería profundizar en estos estudios y dar a los vecinos una versión correcta, sea la que he expuesto, o sea otra más convincente y basada en pruebas firmes y documentadas, si es posible.




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