BÉJAR EN MADRID
Nº 130 – 18 de mayo de 1922
NECROLÓGICA
Don Jerónimo Gómez Rodulfo
Publicado en “LA LOCOMOTORA” del 24 de Abril de 1861
El domingo 17 del corriente, a las cuatro y media de la mañana, falleció en esta ciudad el ilustre veterano que hasta en sus últimos instantes dio pruebas inequívocas del amor que a su pueblo profesaba.
Todo por Béjar y para Béjar era su lema y efectivamente todos sus desvelos, sus sacrificios, sus ensueños, toda su vida, en fin, ha sido por y para Béjar.
Hombre extraordinario, incansable, leal y cariñoso, vivió querido de todo su pueblo y hoy es por todos llorado porque es imposible llenar el vacío que su muerte ha producido.
Hombres como don Jerónimo Gómez, son dignos de recuerdo eterno, y nosotros por nuestra parte hemos de contribuir, en la medida de nuestras escasas fuerzas, a perpetuar su memoria, siquiera sea con estas breves líneas dictadas por el respeto, por la admiración y por el cariño que le profesamos.
Haremos una breve reseña de su vida, porque es preciso que nuestra juventud se inspire en estos ejemplos y porque los eminentes servicios prestados a Béjar por don Jerónimo Gómez Rodulfo le hacen digno de figurar en el catálogo de Bejaranos ilustres.
Al invadir los franceses esta ciudad, durante la guerra de la Independencia, huyeron muchas familias a ocultarse en las fragosidades del monte y en las sinuosidades de la sierra. Allí, con paños de nuestras fábricas se improvisaban habitaciones o se construían cuevas y en una de estas, cercana al sitio donde nace el río Cuerpo de hombre, que mueve nuestras máquinas fabriles, nació también don Jerónimo Gómez Rodulfo el día 30 de Julio de 1809.
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Valle de Navamuño, con el nacimiento del río Cuerpo de Hombre al fondo
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¡Magnífico detalle de su vida! No parece sino que el pintoresco rincón en que vio la luz primera le comunicó su pureza y su alegría y que del río que nacía tan cerca de su cuna adquirió la irresistible fuerza de voluntad que manifestó hasta su muerte y la constancia que en todos sus proyectos formaba su verdadero carácter.
Sobrio, aplicado y laborioso en su juventud; cariñosísimo esposo y modelo de padres después, fue idólatra de su numerosa familia e ídolo de la misma al propio tiempo.
Perfecto caballero, leal y desinteresado amigo, protector de las clases menesterosas, e iniciador de cuantos proyectos favorables a los intereses de su pueblo se llevaron a cabo con su poderosa ayuda, era Gómez Rodulfo el más acabado y perfecto tipo de esa honradísima generación que con dolor profundo, vemos extinguirse por momentos.
A su energía y actividad incansable, se debe la organización de la Junta de Fábricas y la de Ferrocarril, habiendo contribuido poderosamente a la de la Casa de Caridad, Escuela Industrial, Económica, etcétera etcétera, presidiendo casi todas por espacio de muchos años.
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Vista de la Estación de ferrocarril de Béjar, desde la muralla
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No hay en Béjar asociación a que de alguna manera no haya pertenecido; no hay familia que no alabe sus virtudes; no hay menesteroso que no haya sido socorrido y, en una palabra, no hay corazón que no le amase y que hoy no se enternezca con su grata e imperecedera memoria.
Individuo del Ayuntamiento desde1846 a 1859, presidiendo muchas veces, Diputado provincial en 1868, durante cuyo tiempo hizo tanto y tan bueno por su pueblo, que este no podrá agradecerlo bastante, incansable campeón de nuestro ferrocarril, ha bajado a la tumba con el deseo de ver la locomotora, cruzando nuestras fértiles campiñas y hasta en sus últimos momentos cuando su estado de congestión cedió algún tanto, aunque por breves instantes, Gómez Rodulfo recomendó a los que rodeaban su lecho que no abandonaran tan vital asunto y que escribiesen al ingeniero señor Sunnye para que activase sus trabajos y empezasen cuanto antes las obras de esa vía por la cual ha de marchar directamente nuestro pueblo a la riqueza y a la felicidad.
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Estado actual de la Vía férrea a su paso por Béjar
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¡Último detalle de su preciosa vida!
En continua correspondencia con los hombres que más han figurado al frente de los negocios públicos, a todo atendía, a todo alcanzaba su actividad incansable y en sus cuotidianas cartas no se ve asunto alguno que no fuera en provecho de su pueblo a quien dedicó todo su valer.
Liberal, como hombre político, ha sido también modelo de consecuencia y para cerrar la interminable enumeración de sus virtudes publicaremos un dato último, que viene a ser la apología de su vida y que bien merece el calificativo de trabajo de ultra-tumba.
El miércoles a las 7 de la noche se manifestó la pulmonía que no arrebató el ilustre veterano y dos horas antes se ocupaba en escribir un larguísimo comunicado para un periódico catalán, haciendo propaganda en pro de la industria nacional.
Este fue el último trabajo de don Jerónimo Gómez Rodulfo, de ese ilustre bejarano a quien su pueblo entero acompañó a la última morada.
Su memoria es para todos sagrada y eterno su recuerdo. Doquiera que dirijamos nuestra mirada hallaremos obras suyas. A él se debe la conducción aguas por la actual cañería, las Escuelas de la calle Mansilla, el Teatro…
Pero ¿a qué proseguir?...
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Cementerio de Valdesangil
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Gómez Rodulfo ya no existe; pero existen sus obras y en ellas debemos inspirarnos. Procuremos imitarle, y si desde la celeste región a que indudablemente le han conducido sus virtudes, ve que sus paisanos honran su memoria persiguiendo con afán sus ideales, nos bendecirá y conseguiremos la felicidad porque no es posible la desgracia en donde recae la bendición de los buenos.
F. Aguilar y Álvarez.
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